lunes, 27 de agosto de 2018

Extinción: los marcianos nos comen... o no.




La apuesta de Netflix por sus producciones originales ha dado cosas buenas, cosas malas y cosas regulares. Extinción es regular tirando a buena, una ficción sobre invasiones extraterrestres donde se vislumbra el fin del mundo con un pequeño giro de guion que se veía venir desde kilómetros tras una escena de extrañeza psicológica mal llevada.

Sin embargo, aquí la calidad la dan los actores. Michael Peña (Luis en Ant-Man) y Lizzy Caplan a quien quizás recordéis interpretando a Amy Burley en True Blood crean un tándem muy bueno para mantener cierta tensión dramática. Con una aparición estelar de otro miembro de la familia de Netflix, Mike Colter (Luke Cage), “Extinción” es un pequeño intento de “plot twist” resuelto en los últimos diez minutos de la película, con un pequeño mensaje sencillo detrás de todo el CGI que no voy a comentar por eso de no hacer spoilers.

No es que sea una película imperdible, pero siempre es de agradecer que Netflix añada nuevas producciones e intente hacer de “productora independiente” con títulos de ciencia ficción que te hagan pasar el rato.

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lunes, 6 de agosto de 2018

Jessica Jones: Noir pero no tanto.




ESC 7287 - DESPACHO DE ALIAS INVESTIGATION – INT NOCHE:

Jessica Jones tecla en su portátil. La luz azulada de la pantalla es lo único que ilumina su cara. Jessica mira al infinito por un instante, luego a la botella de whisky que tiene al lado, la coge, bebe a morro durante unos segundos sin poner cara de asco y sigue trabajando mientras desde alguna parte se escucha el sonido de un saxofón engullendo el sonido de una sirena de policía alejándose a toda velocidad.

Jessica Jones [OFF]:
¡Joder! Qué mal está todo…

Alguien llama a la puerta del despacho. Sin esperar a una respuesta, Malcolm, alto, bien afeitado como para molar y con cara de haber roto un plato en su puta vida entra con paso decidido.

Malcolm:
Escucha Jessica. He pensado que podríamos seguirle la pista a Patrick Rickinawer a ver si nos lleva hasta John James Johnson.

Jessica se queda un rato mirando a Malcolm a los ojos lo suficiente como para decir “un penique por tus pensamientos” o para decidir si se lo quiere tirar o no, al final, su verdadero ser entra en acción.

Jessica Jones:
O también podrías callarte e irte a tomar por culo.

La cara de Malcolm muta a un casi audible “pero wuat da fak”. Sale muy despacio en una suerte de moonwalk improvisado. Jessica se sume de nuevo en sus pensamientos mientras otras dos sirenas de policía pasan a toda mecha por algún lugar de nueva york, suenan las tuberías del baño del piso de arriba y Kenny G se marca un solo.

Jessica Jones [OFF]:
Al final… como siempre… incomprensiblemente… todos se alejan de mi… ¡Joder! Qué mal está todo.


Y es que más o menos en eso consiste Jessica Jones capítulo tras capítulo, en humanizar tanto a un superhéroe de Marvel, hacerlo tan accesible a la pequeña pantalla y su limitación presupuestaria que al final tenemos, por así decir, una telenovela negra, noir o como lo queráis llamar donde realmente no hay villano. Si acaso el villano esel trauma que acompaña perpetuamente a la protagonista para que no perdamos de vista que si es una borde patológica es por alguna razón de peso.

Que ese sucinto tono noir está bien, si. Que sé que es complicado realizar algo más heroico y caro, también, pero que la primera temporada está a años luz de la segunda de eso estoy seguro.

Pero sin duda de toda la serie tanto el personaje de Jessica (Krysten Ritter) como el de Malcolm (Eka Darville) me parecen muy bien llevados sin desdeñar el papel de Carrie-Anne Moss como Harper, muy bien definidos aunque quizás llevados muy al extremo de sus distintas personalidades, muy polarizados tirando un poco a planos.




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miércoles, 25 de julio de 2018

Luke Cage 2ª Temporada: mucha calle, poca heroicidad.


Si Daredevil tiene las tortas y los cliffhangers milimétricos, The Punisher la sangre gatis, Jessica Jones la frescura de una novela negra de baratillo (pero molona) y Iron Fist los bostezos y los clichés sobre el Kung-Fu., Luke Cage tiene el sabor de la calle y los diálogos interminables, intensos y que delimitan el bien y el mal y la delgada línea que los separa.

Luke Cage no tiene tanta acción como Daredevil ni tanto dinamismo como Jessica Jones pero tiene un aura de western urbano mezclado con un aroma, quizás, de Uno de los Nuestros un 70% serie de gánsteres, un 20% de conciencia social y un 10% de súper poderes… si hasta hay una escena final sacada del padrino y todo, no me fastidies.

Aún con todo lo malo que se le podría sacar a la segunda temporada, que si puede ser lenta, que si hay personajes paja, que parece un poco forzada en algunos casos, la serie fluye diluyendo todas esas cosas en un mero ruido de fondo o quizás una pequeña mueca que diga «no me termina de cuadrar».



Sin embargo, ahora que han juntado a todos los superhéroes de Netflix en un solo crossover en The Defenders, está claro que cada uno de ellos necesita su espacio, su camino en solitario, su historia que contar y la de Luke Cage no es un excepción, aunque nos cuenten más de sus adversarios como Bushmaster que de él mismo.


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miércoles, 18 de julio de 2018

Originales de Netflix: ARQ y El final de todo, dos ejemplos de lo mejor y lo peor.


Las películas de Netflix de producción propia, esa lista de cosas que ver más allá de las series de Marvel o de las colaboraciones canceladas como The Expanse, son películas como las que verías una tarde de domingo en Antena 3 hacia las tres de la tarde para echarte la siesta porque no te apetece ver el ciclismo, eso sí, con un poco más de presupuesto. Películas cortas de argumentos sencillos y nada enrevesados, tirando quizás a simplones que en mayor o menor medida consiguen entretener.

Puede ser una plataforma para dar una oportunidad a directores y guionistas noveles, lo cual es una buena idea (ejem, Netflix, ejem, dadme una oportunidad) pero por otro lado la falta de publicidad por así decir o quizás la prisa por llenar la parrilla de contenido para que no parezca que al menos la de Netflix España está medio vacía, nos pone productos que si acaso rallan el siete sobre diez.

Dos ejemplos:

ARQ:




Protagonizada por Robbie Amell (hermano de Stephen Amell protagonista de Arrow o Tortugas Ninja) y Rachael Taylor (que aparece en Jessica Jones o Transformers entre otras), nos mete en una novedosa historia de bucles temporales dentro de la misma ubicación. El protagonista, Renton, ha creado en su casa un generador de energía infinita con un inesperado resultado. Tendrá que vivir el mismo día una y otra vez en su casa, aislado del apocalíptico mundo exterior, mientras trata de sobrevivir cada día a la irrupción de unos ladrones.

En este caso es una buena película, el tema es recurrente pero la ejecución es bastante original, todo un ocho sobre diez.


El final de todo:

Protagonizada por Theo James (Saga Divergente) y Forest Whitaker (qué no sabréis de él), nos pone en medio de una catástrofe natural a escala global (o eso creemos) en donde Will Younger (Theo James) cruza todo el país de costa a costa para ver si su novia sigue viva con la ayuda de su suegro, Tom Sutherland (Forest Whitaker) el cual, por cierto, tiene un poco de ojeriza por su yerno.

Rayos, fuego, lluvias torrenciales, temblores y gente que pierde un poco la cabeza pegando tiros e intentado sobrevivir.

Will y Tom cruzan el país para que Will se reúna con su novia y, una vez a salvo o eso parece, no contarnos nada. El coche desaparece por una carretera tras huir de una explosión volcánica (creo que todo va por eso de Yellowstone) parece que los tortolitos se despiden el uno del otro, como arañando los últimos segundos de vida y… sobreviven. Pero no es un final feliz, o eso parece, de hecho, diría que no es ningún final. Si la idea era poner de manifiesto que a la gente se la va a ir a la cabeza en cuanto a los volcanes les de por explotar a la vez, bien, vale, mensaje recibido, si no, me temo que han sacado dinero de la hucha para rellenar un poco la oferta.

Todo un tres sobre diez.

Al final supongo que Netflix tendrá que pensar en seguir rellenando espacios con películas como la adaptación del videojuego Halo, que no seduce lo suficiente como para darle cinco minutos, o en intentar de verdad hacer un sello de calidad de producción de películas es decir crear una especie de blockbuster de segunda división o apuntar un poco más alto, algo entre la producción más o menos independiente y el entretenimiento más puro.

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sábado, 14 de julio de 2018

Ant-Man y la Avisvpa: Entremeses familiares de Marvel




Con el universo cinematográfico de Marvel no vale decir eso de «segundas partas nunca fueron buenas» por que cada película conforma parte de un todo único que las conecta… en las escenas postcréditos.

Pero cuando nos presentan a un héroe por primera vez hay novedad, hay toda una historia por descubrir. Si nos vuelven a contar una historia más del mismo héroe esperamos que al menos esta sea vibrante, con algo nuevo y sin posibles fallos o flecos de guion. Creo que Marvel eso lo consigue solo con Iron-Man y el Capitán América, con las entregas del dios Thor no lo veo tan claro y con Ant-Man y la Avispa todavía menos.

Película familiar sin más pretensiones que la de explicarnos porque Ant-Man no está junto con los vengadores enfrentándose a Thanos, mezclado con una serie de chistes timoratos para pasar el rato y el paseo de tres grandes estrellas como Michael Douglas, Michelle Peiffer y Laurence Fishburne. Villana sin carisma, villano secundario sin gracia y preguntas científicas sobre porque cuando las cosas se hacen pequeñas y se zarandean sin compasión estas permanecen intactas al hacerse grandes de nuevo.

El peor crimen, la típica escena de «voy a explicarte el porque de mi existencia y porque soy tan mala durante los siguientes cinco minutos». Por otro lado, sigue siendo la película más desenfadada del universo junto con Spider-Man: Homecoming todo un 5 sobre 10.

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