Star Trek: En la oscuridad continúa con el espíritu de la primera entrega, una película de ciencia ficción con altísimas dosis de acción, con una estética cuidadísima y un cumplimiento de las expectativas más básicas del público.
Esta vez Kirk (Chris Pine), Spock (Zachary Quinto) y el resto de la tripulación de esa nave tan fea llamada Entreprise se enfrentan a Khan, interpretado genialmente por Benedict Cumberbatch (Sherlock Holmes), dispuesto a llevar a cabo su venganza. En su misión para detenerle, Kirk, Spock y Uhura (Zoe Saldana) no podrán evitar enfrentarse a los sempiternos y feroces Klingon durante un breve periodo de tiempo, un movimiento inteligente Abrams, ya tenemos excusa para hacer una tercera entrega.
Sin embargo algo falla, quizás el humor más bien timorato, o quizás el final súper-mega-ultra previsible, que tampoco podría ser de otra manera para mantener a la audiencia para tenerla preparada en una tercera y más que plausible nueva entrega.
Pero no voy a buscarle pegas a una película que sin duda me ha tenido en la butaca, entretenido, con una sonrisa feliz e infantiloide, llamando a esa parte treki que en mi nunca ha existido.
Sin duda, merecedora de nuestra atención, Abrams no se lía la cabeza con viajes en el tiempo, islas remotas inexistentes o cosas parecidas. En serio no os la perdáis.
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