El Hombre de acero, dirigida por Zack Snyder (300, Watchmen, Suckerpunch) y escrita entre otros por Cristopher Nolan, ha causado expectación gracias a dos factores: la explotación del género fan y una correcta promoción. Teasers cortos que presagiaban una película distinta, más humana quizás.
Sin embargo, es más de lo mismo. Una película de superhéroes, grandes y espectaculares despliegues de efectos especiales y una acción a veces desmedida. Aunque hay pinceladas que intentan hacer de esta película algo distinta, como esos primeros planos costumbristas y naturales como un cubo llenándose del agua de la lluvia o la ropa tendida ondeando al viento recortada contra los paisajes de Kansas (planos preciosos por cierto) el filme se reduce a una continua batalla épica entre Kal-El (nuestro superman) y el villano Zod y sus lugartenientes.
Sin duda es una enorme y costosa producción que ha suscitado tanto alabanzas como críticas, creo que más de lo segundo. Y tampoco es de extrañar. No hay nada en el montaje de la película que nos haga partícipes de las vidas de Clark Kent y Lois Lane, no hay ni un solo banderín de enganche para empatizar con los protagonistas, todo parece ir a saltos, un montaje descuidado aunque directo en un película de casi dos horas y media.
Por volver a ponerle notas a las películas, algo hartamente subjetivo, le doy un cinco sobre diez.
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