viernes, 31 de agosto de 2012

True Blood. Final de la quinta temporada.

Ya me lo temía. True Blood ha acabado su quinta temporada de una forma abrupta y apresurada, pese a su, en mi opinión, buen comienzo. Pero no había otra forma de acabarla. Muchas veces guionistas y productores comenten el error de alargar demasiado un argumento que debe expirar. Si capítulo a capítulo vas dejando flecos sueltos y vas alargando la aparición de los giros o golpes dramáticos, te das cuenta de que tienes que terminar algo y no sabes cómo.

En True Blood el último capítulo es como la traca final en un espectáculo de fuegos artificiales. Todos los personajes principales confluyen en un sólo punto en una ensalada de acción y sucesos con poco sentido. La calidad desde la primera temporada, obviamente, ha descendido muchísimo.

Sin embargo, pese a la deriva de True Blood a una orgía de sangre,  HBO confirmó que produciría la sexta temporada para estrenarla en junio del año que viene, esperando así a la total recuperación de Anna Paquin tras su embarazo.

A favor:

Hasta la mitad de la temporada, HBO consiguió mantener altas las expectativas, el suspense justo, la acción justa y el humor habitual. Centrarse de vez en cuando en personajes secundarios, ampliando así el mundo sobrenatural mucho más allá de los vampiros mantuvo la calidad, hasta que decidieron dar un “giro” a la serie y ponerla patas arriba con un cambio de roles total y absoluto que no tiene casi ninguna base. El malo pasa a ser bueno, el bueno malo. Y hasta ahí puedo leer.




En contra:

Como dije más arriba, demasiados flecos sueltos a lo largo de la serie que tienen que resolverse en los últimos diez minutos del último capítulo. Una sensación de dejadez por parte de los creativos de la serie y un final previsible y a la vez incomprensible.





Quizás sea un poco críptico, pero no quiero hacer ningún tipo de espoiler. Sólo espero que la sexta temporada arregle este jardín en el que se ha convertido esta, en sus comienzos, fantástica serie.


PD: ¡Tengo que confesar mi debilidad por la pelirroja Deborah Ann Woll!
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