miércoles, 25 de julio de 2018

Luke Cage 2ª Temporada: mucha calle, poca heroicidad.


Si Daredevil tiene las tortas y los cliffhangers milimétricos, The Punisher la sangre gatis, Jessica Jones la frescura de una novela negra de baratillo (pero molona) y Iron Fist los bostezos y los clichés sobre el Kung-Fu., Luke Cage tiene el sabor de la calle y los diálogos interminables, intensos y que delimitan el bien y el mal y la delgada línea que los separa.

Luke Cage no tiene tanta acción como Daredevil ni tanto dinamismo como Jessica Jones pero tiene un aura de western urbano mezclado con un aroma, quizás, de Uno de los Nuestros un 70% serie de gánsteres, un 20% de conciencia social y un 10% de súper poderes… si hasta hay una escena final sacada del padrino y todo, no me fastidies.

Aún con todo lo malo que se le podría sacar a la segunda temporada, que si puede ser lenta, que si hay personajes paja, que parece un poco forzada en algunos casos, la serie fluye diluyendo todas esas cosas en un mero ruido de fondo o quizás una pequeña mueca que diga «no me termina de cuadrar».



Sin embargo, ahora que han juntado a todos los superhéroes de Netflix en un solo crossover en The Defenders, está claro que cada uno de ellos necesita su espacio, su camino en solitario, su historia que contar y la de Luke Cage no es un excepción, aunque nos cuenten más de sus adversarios como Bushmaster que de él mismo.


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