Hay películas que, aunque brillantes, no son para ver en el cine, al menos en mi opinión. Me ocurrió con la fantástica Up in the Air y me ocurrió con El lado bueno de las cosas, protagonizada por Bradley Cooper (Resacón en las Vegas) y las oscarizada por este filme Jennifer Lawrence.
El lado bueno de las cosas (traducción libre de toda libertad del título en inglés Silver Linings Playbook), la cual se vendió como comedia romántica (la comedia no se la vi por ninguna parte), se me antoja como una producción demasiado larga y hasta pretenciosa, una especie de lección existencial que no cala por cruda e intensa que sea, lección además débil e insulsa.
Sin embargo, no creo que caiga en el spoiler si lo digo, su punto de vista sobre la locura, el amor y el amor y la locura como una sola cosa, me parece de alguna forma dulce e indulgente.
No recomendaría a nadie pasar por las salas de cine para verla, de hecho no creo que esté en las principales carteleras, pero sí para verla detenidamente e incluso con un bloc de notas al lado, sólo y en el salón de tu casa.
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