La industria del cine, la música y las editoriales, celebran este cierre, que sin duda marca un antes y un después en la historia del ciberespacio. La censura de internet comienza a partir de ahora.
Por un lado tenemos a la industria, que acusa a los portales de descarga de provocarles pérdidas por valor de 500 millones de euros. Una cifra realmente irrisoria si tenemos en cuenta que gracias a las superproducciones hollywoodienses, la industria del cine, al menos del estadounidense, rondan los varios miles de millones.
Por el otro tenemos a los usuarios de internet, los cuales la mayoría no pueden ir todos los fines de semana al cine, comprarse CD's o DVD's, o actualizar sus estanterías con los últimos libros publicados.
El encarecimiento del ocio cultural ha sido tan grande en los últimos años que da igual que se permitan o no las descargas de contenido audiovisual, las pérdidas de estudios de cine y discográficas serían las mismas mientras no tengan un precio real y asequible.
En su momento, el director de cine y ex-director de la academia de cine española, Alex de la Iglesia, y los representantes de la asociación de internatuas, llegaron a un punto de acuerdo. Para Alex de la Iglesia estaba claro que la industria tenía que adaptarse y escuchar a Internet. Para los usuarios, la gratuidad total del contenido es lesiva, al tiempo que es igual de lesiva el no poder acceder al contenido con facilidad o un precio justo.
En España la Ley Sinde siguió adelante, los usuarios de Internet se vieron traicionados y Alex de la Iglesia, pese a esforzarse mucho, abandonó el cargo de Director de la Academia bajo una nube de gris frustración que evidenció en su discurso de los premios Goya en 2011.
Un par de datos. Avatar de James Cameron y El Caballero Oscuro de Crhistofer Nolan, fueron de las películas más descargadas en España y al mismo tiempo de las más vistas. Curioso, ¿verdad? De hecho, la gente que vio esos títulos en el cine superó durante sus primeras semanas de proyección, al número de descargas realizadas. Quizás, y con esos datos, convendría pensar que el usuario quiere ver el género antes decidirse a comprar, pues es peligroso arriesgarse a pagar hasta ocho euros por entrada para ver dos horas y media de metraje insufrible.
Otro dato más del mundo de la música. Radiohead publicó su álbum "In Rainbows" en Internet. A través de la página oficial del disco los usuarios podían pagar lo que creyeran conveniente por canción, desde cero libras esterlinas a lo que el usuario creyera que debía pagar. El resultado fueron unas ganancias brutales para la banda, más que si lo hubieran publicado en soporte físico.
Y otro dato más del mundo de la literatura. Paulo Coelho, fan de Facebook y de hacer videoblogs, es de los escritores más descargados, y al mismo tiempo, de los que más vende. De hecho, su último trabajo, Aleph, fue superventas casi desde el primer día, habiendo desgranado varios de sus capítulos en su espacio personal de Facebook.
Portales como NetFlix o Hulu Plus, ofrecen el acceso a series o películas a precios competitivos, HBO incluso permitirá una vez al mes descargarse de forma gratuita los capítulos de una serie de televisión, (siempre de producción propia), y aún está por ver si dejarán descargar más material del que ya disponen (unas 400 horas de programación).
El nuevo modelo de negocio está ahí. La llamada "Industria" que parece más bien una caterva de dinosaurios, sigue sin enterarse de que como todo en el mundo de los negocios, hay que adaptarse. La ley SOPA o la Ley Sinde harán que la gente deje de consumir libros, música o películas e incluso las redes de banda ancha. Todo son pérdidas con este celo a guardar los beneficios.
Protección de derechos de autor si, usura en los precios nunca.
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