miércoles, 13 de agosto de 2008

Wall - E, una obra maestra.


Hay quien dice, que si Charles Chaplin viviera ahora, y decidiera producir o dirigir una película, esa sería Wall - E.

Y yo estoy de acuerdo con eso y con la crítica que ha puesto a esta película por las nubes.

Sinceramente, Wall - E es una película maravillosa que alimenta el niño interior de cada adulto, una película que, pese a tener un gran merchandising como toda gran producción, intenta enviar un mensaje de advertencia pero también de esperanza.

Durante media hora, no hay diálogo, sólo acciones y más acciones, situaciones divertidas y entrañables, donde Wall - E limpia lo que hemos dejado y guarda cosas tan banales y misteriosas como una cubertería de plástico o un cubo de rubik.

Conseguir que empaticemos con un pequeño robot y que lo consideremos más humano que los propios humanos, es obra de un gran trabajo y del cuidado de los más pequeños detalles.

Aún no se como hay políticos americanos que dicen que esta película es un acto de propaganda comunista o cosa parecida como ya decía en en este post, hace falta ser bastante desalmado o tener la cabeza hueca para no sentir la llamada del cuidado a la madre tierra tras ver esta joya del cine de animación.

Un diez por mi parte. No se la pierdan.
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